
Debería sentirme mejor después de haber hablado con mi esposo, después de habernos sincerado.
Me dijo que ya no me ama como al principio, al igual que yo, pero nos une un algo, un no se que, una necesidad mutua.
Anoche hablamos de tantas cosas, nada nuevo los mismos temas desgastados de siempre, pero le abrí mi alma y mi corazón, nuevamente, una vez mas, la última.
Le dije que quería terminar con esta vida que estoy llevando, sumida en el abandono, en el silencio, en absoluta soledad.
Le dije que quería sanar las heridas de mi corazón por que esta destrozado, desilusionado, triste.
Me pidió que lo intentáramos de nuevo, por nosotros y por los niños, ¡ que hago !...
Terminé cediendo, aceptando una vez mas empezar todo de nuevo, como buenos amigos, sinceros.
Pero sigo triste, con la amargura en mi garganta, con el corazón recojido, los brazos caídos, sigo sumergida en el rencor, en el olvido, en la soledad.
Desde mi ventana miro el cielo y veo como se mueven las nubes, tan lento, tan suaves, y me quedo en silencio, absorta en mis recuerdos, benditos recuerdos, que sería de mi si no los tuviera, gracias a ellos mi corazón sigue latiendo.
Solo sé que nada sé, que no existen las certezas, solo la de que moriremos, y eso me abruma, me llena de temores...
Lo intentaré, solo una vez más, después..., quizás, el tiempo dirá.