viernes, 2 de noviembre de 2007

Cierra los Ojos y Verás...








Cierra los ojos y verás...


Esto lo he leido en otro Blog y me encanto, por lo mismo quisiera compartirlo con los seres que quiero.

Hoy me he tropezado con esta frase de Joseph Joubert un ensayista francés que vivió entre los siglos XVIII Y XIX.
"Cierra los ojos y verás" Esta pequeña frase se presta a una larga reflexión. ¿Cuál sería el sentido que quiso darle su autor?
Recuerdo que siendo niños cuando alguien te decía: ¡Cierra los ojos! tú los cerrabas, y al poco rato, al escuchar: ¡Ábrelos! te encontrabas con cualquier cosa, una sorpresa agradable o, por el contrario, el bicho más repugnante que te hacía lanzar un grito que se escuchaba en la otra punta del pueblo. Si quien te ordenaba cerrar los ojos era alguien que te quería, tú los cerrabas con toda confianza, sabiendo que nada malo podía sucederte.
Pero aquí no solo se trata de cerrar los ojos. "Cierra los ojos y verás"- dice el autor. ¿Cómo puede verse algo con los ojos cerrados? ¿Acaso será una broma? Puedes cerrar los ojos, y verás qué golpe te pegas. Puedes cerrar los ojos, y verás cómo te desaparece el bolso….
Los ojos. Ese sentido tan importante que nos permite disfrutar del amor reflejado en el rostro de los seres queridos, de la tierna sonrisa de un niño, del azul luminoso del cielo, de la inmensidad del mar, de los maravillosos colores de las flores, del volar de las hermosas mariposas, de la belleza de una escultura o de un cuadro… ¡de tantas y tantas cosas…!
"Cierra los ojos y verás" ¡Ah! Pero la frase tiene otros sentidos. Yo he experimentado algunos de ellos. Tumbada en la cima de la montaña, en un día de verano, he cerrado los ojos y he escuchado los sonidos de alrededor: el canto de los pájaros, el murmullo de la brisa, el silencio e la naturaleza, y he visto que algo muy hermoso vibraba en mi interior. ¿Y qué decir de poder escuchar tu música favorita, relajada, sin que nada ni nadie te distraiga, sola tú con las notas desgranándose una tras otra, invadiéndote despacio hasta transportarte a un lugar muy especial? Solo al abrir los ojos se rompe el embrujo. Y con tus ojos cerrados, tu imaginación se ensancha y puede transportarte a las grandes praderas, a las impresionantes cataratas, a los inmensos desiertos… Y si eres creyente…"Cuando vayas a rezar, entra en tu habitación…", dice Jesús. Sí, allí en la soledad y en el silencio, con los ojos cerrados, tal vez tengas la suerte de sentir a Dios muy cerca y experimentes un gozo especial, una fuerza misteriosa que te permite seguir adelante con la vida.

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